Las pymes suponen un 97% del tejido empresarial en España. La pandemia consecuencia del coronavirus ha dejado daños en todos los sectores, pero sobre todo en este tipo de compañías.
La crisis sanitaria del Covid-19 está teniendo un enorme impacto en las empresas de nuestro país. Hasta la fecha no se había producido un fenómeno de estas características que combinara un choque de demanda, debido al confinamiento de los ciudadanos en sus casas que tan solo pudiendo adquirir productos básicos, y de oferta, fruto de la paralización de numerosas cadenas de producción por la falta de materiales.
En España, unas 3.500 empresas están actualmente participadas por capital riesgo. De estas un 91% son PYMES, varios estudios internacionales, certifican el impacto de capital riesgo en las PYMES destacando el impulso que produce en la internacionalización.
Ante un escenario lleno de tanta incertidumbre, una de las salidas más factibles en el medio plazo, es la posibilidad de dar entrada en su capital a un socio financiero y, en este sentido, los fondos de inversión son uno de los mejor posicionados.
La entrada de Equity en el capital permite asegurar un crecimiento y avanzar en la profesionalización de la compañía. Es cierto que antes y durante la crisis los empresarios de las pymes españolas ya contemplaban en sus planes dar entrada al equity, pero el complicado momento que están atravesando en términos de liquidez ha hecho que las pymes empiecen a buscar opciones de financiación y crezca entre ellas la opción del capital privado como alternativa.
Esta opción aporta beneficios a la empresa, pero no solo a nivel financiero, sino que es importante para dinamizar la estrategia, apoyar la profesionalización de la gestión o impulsar la productividad y la eficiencia, a parte de los objetivos básicos, crecimiento y rentabilidad.
Por eso resulta importante concienciar a los empresarios para que conozcan en profundidad las ventajas de tener inversiones privadas en su capital.
Por otro lado, los inversores van a ser más selectivos a la hora de realizar las operaciones.
Esposible que se vean operaciones en empresas o sectores que en un principio son poco atractivas, o que hayan quedado obsoletos, pero que, partiendo de una base sólida inicial pueden aportar mucho valor a la empresa, introduciendo tecnologías innovadoras y otras mejoras.
Parece probable que una situación de estas características aumentará la percepción de riesgo de los empresarios, que seguramente estarán más dispuestos a reducir una parte del precio de sus empresas, o no estarán tan ligados a mantener todo el control de sus compañías. Estos cambios de perspectiva facilitarán un mayor número de operaciones.
Es ahora cuando los especialistas en valoración de empresas han de demostrar su capacidad técnica, sus conocimientos y su capacidad de adaptación al medio para que conjuntamente con directivos, empresarios e inversoresse den soluciones creativas y a la vez rigurosas que aporten valor a las necesidades de estos en sus transacciones y proyectos corporativos.